domingo, 30 de agosto de 2020

Oración al Milagro más Grande...!








Oración al Milagro más grande...!

…Y todas las naciones vendrán y se postrarán ante ti…

Apoc 15,4

 

 

Esta es una oración que como iniciativa dirigida a Dios fue compuesta para ser rezada por aquella comunidad de bautizados en la fe católica, apostólica, romana; la fe católica apostólica ortodoxa de todo oriente y todas las personas de buena voluntad; que han experimentado algún grado de conversión y sienten un profundo sentimiento de mortificación y responsabilidad por el destino final de su prójimo, que ya ha perdido la gracia bautismal o simplemente nunca la tuvo. Que se salve toda la Humanidad parece no ser justo, pero es lo más misericordioso y podría ser el “Milagro más grande” que podemos pedir y esperar. Porque a veces la misericordia es superior al Juicio. Stg 2,13. El bautismo de Jesús, unido a nuestro bautismo es un supremo punto de referencia con el cual podemos contemplar los eventos históricos preliminares a la institución del Bautismo antes del Primer Pentecostés y la fundación de la Iglesia Primitiva en Jerusalén, en forma de novena y así rogar por todo y por todos. Se recomienda hacerla nueve días antes al día 24 de Junio, fecha en que se celebra la natividad de San Juan Bautista en el santoral católico, aunque se puede hacer también en cualquier época del año, siempre es bueno amar y rogar por el prójimo.

 


El Sacramento es un signo sagrado instituido por Jesucristo que aumenta la gracia. Los sacramentos son siete: Bautismo, Eucaristía, Confirmación, Penitencia, Extremaunción, Orden Sacerdotal, Matrimonio. La Gracia es un don que recibe el ser humano de parte del amor gratuito que Dios nos tiene. Todos los gestos y signos de nuestra religión católica están basados en ella y hay quien los aprovecha y hay quien no. Así la Gracia del Bautismo, como Sacramento de iniciación en la fe, bien sea como adultos o niños, es un don inestimable que se logró gracias al sacrificio del Señor Jesús en la Cruz, partiendo de la Historia Sagrada del pueblo de Israel, del “SI” de María y del ministerio de Juan el Bautista, entre otras cosas.

 


Para poder gozar del Banquete de la salvación eterna; Dios envía a su Hijo para mostrarnos los misterios del Reino, para todos los hombres que lo quieran aceptar, en comunión con el resto de la Iglesia y a las puertas de la Evangelización de todos los pueblos en este nuevo milenio. El Bautismo es el sacramento de iniciación cristiana por excelencia, deja un sello indeleble en quien lo recibe. Desde los inicios de la Iglesia, comprende algunos elementos esenciales: El anuncio de la Palabra, la acogida del Evangelio que lleva a la Conversión, la Profesión de Fe, el Bautismo, la Efusión del Espíritu Santo y el acceso a la Comunión Eucarística. Desde que el Bautismo de niños vino a ser la forma habitual de este Sacramento la Iglesia exige un catecumenado postbautismal; donde se da un desarrollo necesario de la gracia bautismal. En el rito romano se continúa durante unos años de catequesis, para acabar más tarde con la Eucaristía y la Confirmación.

 


Para aquellos que han ofendido a Dios y desean reconciliarse con Él, el sacramento de la reconciliación o confesión es lo indicado, de esta manera se recupera la Gracia Santificante y es muy recomendable tomar inmediatamente la Eucaristía frecuente para aumentar la comunión con la Iglesia.




Oración Inicial

Para meditar todos los días


Señor, a través de la contemplación de estas gracias bautismales de Jesucristo, unidos a nuestro propio bautismo, enséñanos lo que debemos entender y hacer para obtener de ti el milagro más grande de todos: la salvación de todo el género humano. Virgen Santísima, cúbrenos con tu manto y llévanos, por tu intercesión, pronto a todos a la bienaventuranza eterna.

______________________________________________
Primer Día: La unción del profeta desde el vientre de su madre

Lc 1,39-45

“Meditar Oración inicial”

“En aquellos días se puso en camino María y se fue con prontitud a la región montañosa, a una ciudad de Judá, entró a casa de Zacarías y saludó a Isabel. En cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno, Isabel quedó llena de Espíritu Santo y exclamó a gritos: “Bendita tu entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno; y ¿de dónde a mí que venga a verme la madre de mi Señor?. ¡Porque apenas llegó a mis oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo el niño en mi seno! Feliz la que ha creído que se cumplirán las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!” Evangelio según San Lucas 1,39-45

Reflexión Primera
El misterio divino se manifestó en la vida de Juan de una manera novedosa… desde antes de nacer… desde el vientre de su madre Isabel, en una suerte de reacción prenatal e instintiva de las cosas sobrenaturales; cuando la creatura salta de alegría en el momento en que su madre Isabel oye la voz más dulce de todas, la de María que estaba encinta de Jesús. Ahora Juan solo existe para ser capacitado con el propósito de ser el último profeta del Antiguo Testamento que prepararía a la humanidad para la venida del Mesías prometido: la encarnación del Dios de Israel y del universo: Jesucristo. Esta ha sido una experiencia única en la Historia de la Salvación. Rodeado de la protección de los suyos, Juan empezaría así su peregrinación por este mundo.

“Meditar Oraciones Finales”
___________________________________________

Segundo Día: La vida oculta de Juan el bautista.
Lc 1,80
“Meditar Oración inicial”

“Y tu niño serás llamado profeta del Altísimo, pues irás delante del Señor para preparar sus caminos” Evangelio según San Lucas 1,76. “El niño crecía y su espíritu se fortalecía y vivió en lugares desiertos hasta el día de su manifestación a Israel”. Evangelio según San Lucas1, 80.

Reflexión Segunda
El Padre de Juan se llamaba Zacarías, era sacerdote del Templo de Jerusalén, en ese ambiente, Juan, niño y adolescente tendría una veta de conocimientos y experiencias extraordinarias que le ayudarían mucho en su misión, sobre todo en el estudio de la Historia Sagrada y de las profecías de los demás profetas. Recibiría la mejor crianza que recibía todo niño varón en aquella época: Visitas al Templo, sinagogas, rollos de la Ley, disertaciones alrededor de la interpretación de la Torá, en fin, todo aquello que lo convertiría en el último profeta que denunciaría los pecados de su tiempo. Una posición privilegiada donde hay que destacar la relación personal de Juan con Dios a través de la oración y el desierto: “lugar de austeridad”; donde sin ninguna distracción, el misterio divino se adueñaba cada vez más de él, hasta que lo hizo romper con el sacerdocio paterno y obtener una herencia diferente en los cielos. Busquemos profundizar nuestra relación con Dios, buscándolo en el silencio de nuestro corazón.
“Meditar Oraciones Finales”
___________________________________________________

Tercer Día. La voz que clama en el desierto.
Mt 3,1-12

“Meditar Oración inicial”

“Por aquellos días se presenta Juan el Bautista, proclamando en el desierto de Judea: “Convertíos porque ha llegado el Reino de los Cielos”. Este de quien habló el profeta Isaías cuando dice: Voz del que clama en el desierto: Preparad el camino del Señor, enderezad sus sendas… Yo os bautizo con agua en señal de conversión; pero aquel que viene detrás de mí es más fuerte que yo y no soy digno de llevarle las sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego”. Evangelio según San mateo 3,1-3. 11.

Reflexión Tercera
Ha llegado el momento... la manifestación es pública. El movimiento de Juan es tan fuerte, que es confundido con el propio Mesías, pero él aclara que es solo un mensajero que le anuncia y le prepara el camino. Todos debemos ser como Juan, abriéndole paso al Señor entre la vida de nuestro prójimo. Los fieles católicos como profetas, sacerdotes y reyes tenemos el deber de preservar el legado de la fe y enriquecerlo. Invoquemos al Padre de la Misericordia para que nos deje desatarle la correa de la sandalia a Jesús, besar sus pies y así ser bautizados con el fuego del Espíritu.

“Meditar Oraciones Finales”
________________________________________________

Cuarto Día. Este es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Jn 1,29

“Meditar Oración inicial”

“Al día siguiente (Juan) ve a Jesús venir hacia él y dice: “He ahí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo” Evangelio según San Juan 1,29.

Reflexión Cuarta
¿Quién es un Cordero en Israel?: Un Cordero en Israel es alguien que va a ser sacrificado. Cuando Juan se apercibe que Jesús, su primo, es el Mesías, no encuentra mejor título que darle, ya Juan está en plena conciencia de las profecías que hablan de un Siervo sufriente que expiará por los pecados del pueblo y del mundo. Todavía la plenitud del plan continua en el misterio y los contemporáneos de Juan quizá no entendían del todo estas palabras. Pidámosle al misterio divino que podamos discernir los signos de nuestro tiempo a través de la comunión con el Espíritu Santo y la de los santos por medio de la Eucaristía frecuente.

“Meditar Oraciones Finales”
___________________________________________________

Quinto Día. La Justicia del Mesianismo Trascendente
Mt 3, 13-15
“Meditar Oración inicial”

“Entonces se presenta Jesús, que viene de Galilea al Jordán, a donde Juan, para ser bautizado por él. Pero Juan trataba de impedírselo diciendo: Soy yo el que necesita ser bautizado por ti ¿Y tú vienes a mí? Jesús le respondió: “Deja ahora pues así conviene que cumplamos toda justicia”. Entonces le dejó.
Evangelio según San Mateo 3,13-15.

Reflexión Quinta
Jesús sabe que es a Juan el Bautista a quien debe dirigirse; Juan sabe que Jesús es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo, tanto lo sabe que se niega bautizarlo y Jesús responde: “Deja que así cumplamos toda justicia”. El mesianismo de Jesús obedece a razones que reposan sobre misterios profundos que traspasan las fronteras de la muerte y nos confrontan con la eternidad, basado todo esto en el amor profundo que siente el Padre por su creación, de la cual el hombre es su “obra cumbre”. La misión de Juan ya está terminando con el bautismo de Jesús, quien vivió todo lo que el ser humano debe vivir, de forma semejante a todos nosotros, menos en el pecado. Jesús se solidariza con la humanidad no solo en el Bautismo de Agua, sino en otro, el de sangre, cuando es levantado en alto en la Cruz. Pidamos a Dios que la gracia de las aguas del bautismo de todos los cristianos de todos los tiempos sea suficiente argumento para enmendar los pecados de toda la humanidad delante del Dios que es un Padre Amoroso.

“Meditar Oraciones Finales”
______________________________________________________

Sexto Día. La aparición del Espíritu Santo.
Mt 3,16

“Meditar Oración inicial”

“Una vez bautizado Jesús, salió luego del agua; y en esto se abrieron los cielos y vio al Espíritu de Dios que bajaba como una paloma y venía sobre Él”. Evangelio según San Mateo 3,16.


Reflexión Sexta
Cuando Jesús sale de las aguas bautismales, el Espíritu Santo desciende sobre Él como una paloma. Demostrándose así que Dios domina en toda su plenitud la vida inmaculada de Jesús: un Cordero sin mancha ni defecto. Ese mismo Espíritu lo fortalecería y lo llevaría después al desierto para ser tentado por el demonio, de donde saldría triunfante para cumplir su misión en favor de los hombres. Busquemos renovar siempre la gracia obtenida en el Bautismo por medio de la confesión frecuente de los pecados, para que el Espíritu Santo y la gracia de Dios se apodere más de nosotros, no volvamos a pecar, y podamos hacer obras de misericordia y caridad que agraden al Señor.

“Meditar Oraciones Finales”

_________________________________________


Séptimo Día. La voz del Padre
Mt 3,17
“Meditar Oración inicial”

“Y una voz que salía de los cielos decía: “Este es mi Hijo amado, en quien me complazco” Evangelio según San Mateo 3,17.

Reflexión Séptima
Como sello definitivo de que Jesús es el unigénito de Dios, aparece la voz del Padre consagrando a Jesús como aquel predilecto, que es igual a Dios y en quien Dios se complace. En estos pasajes la Santísima Trinidad brilla en todo su esplendor. Juan el Bautista es testigo activo de todo ello y entiende que ha vivenciado al misterio divino en su esencia más pura. Ya Juan no pertenece a este mundo, su conciencia le dice que el que bautiza con fuego, ha pasado ya por el portal de su bautismo, ahora solo queda adentrarse en el silencio y contemplar las maravillas de la Divinidad. Seamos como Juan y contemplemos la obra divina en todas las cosas.

“Meditar Oraciones Finales”
_____________________________________


Octavo Día. La Humildad del Bautista
Jn 3,26,30
“Meditar Oración inicial”

“Fueron pues a Juan y le dijeron: Rabbí el que estaba contigo al otro lado del Jordán , aquel de quien diste testimonio, mira está bautizando y todos se van a él”. Juan responde: “Es preciso que Él crezca y que yo disminuya” Evangelio según San Juan 3,26;30.

Reflexión Octava
Juan siempre supo que él no era el Mesías, y cuando Jesús empieza a arrastrar multitudes necesitadas de un Pastor y hambrientas de Vida Eterna, Juan solo dice: Es preciso que Él crezca y que yo disminuya. La vida de Juan, cuyo nombre significa “Dios es Misericordioso” ha cumplido su cometido, la voz que clama en el desierto se apagará para dar paso a que hable Jesús, ya está cercano el martirio de Juan, pero en un profundo desprendimiento de las cosas de la Tierra, eso será lo menos importante, puesto que Juan experimenta y contempla desde ya: la visión beatífica. De ahora en adelante prestemos atención a lo que nos dice Jesús, para poder entender los misterios del Reino.
“Meditar Oraciones Finales”
____________________________________

Noveno Día. La misión universal
Mt 28,16-20.
“Meditar Oración inicial”

“Por su parte los once discípulos marcharon a Galilea, al monte que Jesús les había indicado. Y al verlo lo adoraron; algunos sin embargo dudaron. Jesús se acercó a ellos y les habló así: Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra. Id pues y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado. Y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo. Evangelio según San Mateo 28,16-20.

Reflexión Novena
Culminado su ministerio terrenal, Jesús resucitado y lleno de gloria, encarga a los discípulos que lleven el mensaje de salvación a toda la Humanidad bautizando en el nombre de las Tres Divinas Personas (Padre, Hijo y Espíritu Santo). Jesús nos acompaña todos los días hasta el fin del mundo. Pidamos a Jesucristo que siga intercediendo por toda la humanidad y escuchemos atentamente todo lo que Jesús nos quiere decir. Gracias Virgen Santísima: María... la principal, de nuestra raza humana: por el regalo que nos has dado a través de tu Hijo Jesús.
“Meditar Oraciones Finales”

_________________________

ORACIONES FINALES
PARA TODOS LOS DÍAS

Oración: Oh, Misterio Divino. Amparados por la protección de la Virgen María, nuestra abogada y la intercesión de San Juan Bautista. Invocando la comunión de los santos, en tu eterno presente. Imploramos a tu misericordia para que la gracia sacramental de las aguas frescas, limpias y sanadoras del Bautismo de todos los cristianos de todos los tiempos (Iglesia peregrina, purgante y triunfante), purifiquen a todas las generaciones y familias humanas y sus árboles genealógicos por la eternidad, trayendo la restauración universal de las cosas en todo lugar. En acción de gracias a la Santísima Trinidad: Un solo Dios, Misterio Divino: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Amén.

Santísima Trinidad y Un solo Dios:
Prepara nuestros cuerpos y almas para vivir cada día nuestro bautismo y vida eterna con agradecimiento, humildad y compasión por el prójimo, expresado en obras penitenciales y de misericordia visibles, pisando fuerte hacia el mundo futuro.

Dios Padre:
Delante de tu eterno presente: Este es el grito desesperado de tus elegidos, para que no condenes a quienes no están inscritos en el Libro de la Vida, los que ya no tienen esperanza alguna, mira nuestras lágrimas unidas a las de la Santísima Virgen María frente de la Cruz, donde Jesús inocente vivenció todo nuestro infierno. Ruego éste, que hacemos en señal de nuestra conversión y amor a ti y al prójimo y dando un paso adelante en la obediencia de aquel mandamiento que Jesús nos dejó de amar, inclusive, a nuestros enemigos, formando así una gran familia universal y eterna alrededor de Jesús. Que éste sea nuestro más grande deseo cuando asistimos a la Misa y comulgamos con fervor y esperanza plena.

Dios Hijo:
Que has resucitado y estás a la diestra del Padre; respetando tus enseñanzas, vida y obra, esperamos con esta iniciativa, agradarte como “Cuerpo Místico de Cristo” aquí en la Tierra, colaborando con tu voluntad salvadora, por nuestra propia felicidad, de la cual tu eres el principal interesado y especial artífice, ya que el Juicio Final descansa en tus amorosas manos.

Dios Espíritu Santo:
Reconociendo nuestra pequeñez, bautízanos con el fuego de tu amor y ordena todo a nuestro alrededor para que “La tierra sea cubierta del conocimiento de Dios, como las aguas cubren el mar”. A través de la expansión de la fe católica hasta los confines de la Tierra. Ayúdanos a ser santos como Dios es santo.

Virgen Santísima, máxima Sierva de Yahvé y Corredentora de la Humanidad:
El Pueblo de Dios, es un Reino de Sacerdotes, donde tú eres la intercesora más cercana a Dios, nunca son desoídos tus ruegos. Acudimos a tu seno maternal, para que acojas a aquellos hombres y mujeres de “carne y hueso” que ya no tienen esperanza, los ayudes a recuperarla por tu intercesión y regresen como el hijo pródigo a la Casa del Padre Amoroso, y así se cumpla lo que dice el Magnificat: “Todas las generaciones me llamarán bienaventurada”

Ángeles del Cielo, fieles en todo a Dios:
Ayúdennos a cumplir la voluntad divina en perfecta concordancia con las profecías y sus misterios y decretos ocultos, aspirando de nuestra parte que los caminos de Dios sean nuestros caminos. Lleven estos ruegos al trono de Dios lo antes posible y custodien nuestras vidas en este peregrinaje terrenal para que las puertas del Infierno no prevalezcan contra la Asamblea Católica (de todos los hombres y mujeres de todos los tiempos históricos) ordenada alrededor de la cátedra de Pedro en Roma. Ayúdennos a santificar el mundo.

San Juan Bautista y demás santos:
Intercedan por nosotros para que antes de morir este sea nuestro último clamor: “Que se cumpla el milagro más grande”. También te pedimos por todos los que hacemos esta novena, para que podamos ver el cumplimiento del milagro más grande: la Salvación Universal: “Os digo, dice el Señor, no hay, entre los nacidos de mujer, ninguno mayor que Juan, sin embargo el más pequeño en el Reino de los cielos es mayor que él” Evangelio según San Mateo 11,11.

Renovación Comunitaria de las promesas bautismales:
Para ser proclamada todos los días de la novena al final

1) Guía: ¿Creemos en Dios Padre todopoderoso, creador del cielo y de la tierra?
Todos: Si, creo
2) Guía: ¿Creemos en Jesucristo, su único Hijo, Señor nuestro, que nació de Santa María Virgen, padeció, fue sepultado, resucitó de entre los muertos y está sentado a la derecha del Padre?
Todos: Si creo
3) Guía: ¿Creemos en el Espíritu Santo, en la santa Iglesia católica, en la comunión de los santos, en el perdón de los pecados, en la resurrección de los muertos, y en la vida eterna?
Todos: Si creo
4) Guía: ¿Renunciamos al pecado, para que podamos vivir en la libertad de los hijos de Dios?
Todos: Sí, renuncio
5) Guía: ¿Renunciamos a las seducciones del mal, para que el pecado no nos esclavice?
Todos: Sí, renuncio
6) Guía: ¿Renunciamos a Satanás, padre y autor del pecado?
Todos: Sí, renuncio
7) Guía: Esta es nuestra fe. Esta es la fe de la Iglesia, que nos gloriamos de profesar, en Jesucristo nuestro Señor.
Todos: Amén.

Apéndice:

Apocatástasis: (griego: “restablecimiento” o “restauración”), retorno de todas las cosas o de cualquiera de ellas a su primitivo punto de partida. En el Nuevo Testamento el concepto aparece por lo general en la cópula “Apocatástasis tompánton” que viene a significar nueva creación del mundo, coincidiendo con las expectativas mesiánicas del Antiguo Testamento. “Pues he aquí que yo creo cielos nuevos y tierra nueva, y no serán mentados los primeros ni vendrán a la memoria” (Isaías 65,17). En los manuscritos de Qumrán se utiliza esta formula para referirse a la “imposición del reino de Dios”. En un discurso del apóstol Pedro esta tradición se asocia expresamente a las expectativas neotestamentarias “A Jesús, a quien debe retener el cielo hasta el tiempo de la restauración universal de que Dios habló por boca de sus santos profetas” (Hch 3,21). Diccionario Ilustrado de la Biblia, Edit Everest, Madrid, 1996

Escrito por Juan Carlos Enmanuel Martín Rojas